Nuestra Historia

Hay momentos en los que la vida te sorprende cuando menos lo esperas. Para nosotros, esa sorpresa fue una noche de 2018 en la caótica feria de Málaga dónde el destino, siempre impredecible, unió nuestros caminos.

Desde el primer cruce de miradas, supimos que había algo muy especial entre nosotros, y aquella noche nos contamos todo en pocas horas. Sin embargo, esa bonita ilusión del principio sabía amarga porque uno de nosotros, 30 días después de conocernos, se iría todo un año a Alemania. Y la pregunta estaba clara, ¿Qué harías si encontrarás a esa persona tan especial cuando trae consigo un reloj con cuenta atrás? Decidimos que, pasase lo que pasase, intentaríamos hacer posible lo imposible, y arrebatarle los minutos al reloj. Y gracias a esa determinación, una buena cantidad de risas, varios encuentros y despedidas en aeropuertos, sorpresas inesperadas y muchas ciudades de por medio, solo quedó la certeza de que los kilómetros son únicamente números en un mapa.

Con los años viajar se ha convertido en una constante para nosotros, pues ambos queremos conocer cada rincón del mundo: Países Bajos, Alemania, República Checa, Suiza, Austria, Polonia, Hungría, Croacia, Portugal, Marruecos, Japón y Grecia, a los que este año sumaremos Tailandia, Camboya, Malasia y Singapur. Somos mutuamente nuestro perfecto compañero de aventuras, siempre dispuestos a ponernos malos con platos exóticos, subir a las alturas o vivir experiencias nuevas.

En nuestra vida diaria, compartimos muchos gustos comunes, y otros que hemos aprendido por el camino. Pablo le ha enseñado a Violeta lo divertido que son los coches dando vueltas por un circuito, el arte de cocinar no solo para sobrevivir y un mundo distinto, el de los videojuegos. Violeta, a su vez, le ha abierto las puertas al mundo del anime y la fantasía, a pensar en otros idiomas, y lo bien que te lo pasas jugando a juegos de mesa (pero nunca ganando). De todo hemos aprendido, siempre apoyándonos y estando ahí cuando el otro lo necesita. Y, en un acto de madurez, nos hemos convertido en padres de un pequeño peludo, nuestro querido Sato.

Esta es nuestra historia, la que queremos compartir con vosotros. Forjada con el cariño de nuestras familias, respeto mutuo y buena comunicación. En la que el tiempo y el espacio no supusieron el final sino el principio. Donde siempre hemos sido el primer buenos días y el último buenas noches. Esperemos que por muchos años mas.

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